Tomadas en Oritapo, estas imágenes de la pesca del camarón en la costa venezolana Mirandina, representan una actividad poco sustentable para el individuo.
A pesar de la época de sequía, cuando ocurren grandes torrenciales, el gran caudal de los ríos se desborda trayendo a sus vecinos una oportunidad para la ocasión.A pesar de las circunstancias ambientales, tras estos grandes chaparrones se conserva la belleza natural del lugar conservada por las personas que lo habitan.
Esta actividad se realiza exclusivamente por las manos de los más pequeños. Los hijos del río caminan descalzos contra corriente. Una vez fijada la mirada sostenida en el fondo donde se encuentran la guarida de los camarones, los muchachos quedan a cargo de los juegos malabares caprichosos de los animales que se esconden bajo las piedras.
Tras una larga jornada ambiental amenazada por los caprichos del tiempo, los niños se bañan en las aguas profundas de sus sueños.
A pesar de la época de sequía, cuando ocurren grandes torrenciales, el gran caudal de los ríos se desborda trayendo a sus vecinos una oportunidad para la ocasión.A pesar de las circunstancias ambientales, tras estos grandes chaparrones se conserva la belleza natural del lugar conservada por las personas que lo habitan.
Esta actividad se realiza exclusivamente por las manos de los más pequeños. Los hijos del río caminan descalzos contra corriente. Una vez fijada la mirada sostenida en el fondo donde se encuentran la guarida de los camarones, los muchachos quedan a cargo de los juegos malabares caprichosos de los animales que se esconden bajo las piedras.
Tras una larga jornada ambiental amenazada por los caprichos del tiempo, los niños se bañan en las aguas profundas de sus sueños.
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