jueves, 9 de octubre de 2014

Postdates


Trémula voz en la templada tarde de mares pacíficos. Orgía de olas suspendidas del auricular en el náufrago ocaso

Postrimería de eventos amalgamados en la distancia. Sorbos de voces desmesurados en la habitación de un chalet


Llueve descalza la tristeza embriagada de licores intensos. Ensenada púrpura de lágrimas. Plenilunio de anhelos en la arrebolada inopia de letanías inciertas.





Navega el vientre en su desasosiego, soñeras laderas de estupor color esmeralda. Alza troncos la nostalgia, mástiles de remembranza.


Diez preludios engalanados de versos, atrio postrero de recuerdos, modulan vendavales de lágrimas.


Oda de versos marinos apostados en la alcoba, romancero de promesas al vuelo de un ave matinal.


Una pizca de voz en el lamento escarpado de la fúlgida tarde, esparce un ápice de su sollozo aliento al mar






Reverso del tiempo en la palma de la mano devorando el momento de la despedida. Salobridad contenida en la melancolía, fondeadero de recuerdos.




No hay más que un trecho de hojas desmembradas del mar.


Prolongada pálida de olas en el tembloroso desconsuelo.


Prófuga hondonada asecha el despertar


Fugitiva esperanza.





Ecos sordos repuntan fulgurantes sones de quebrantado estremecimiento. Vítreo porvenir.




Entreverado pesar resistente al olvido emana cobijo alborozado de promesas.

Esclusas erguidas de razones, navío moribundo de travesías, evocado puerto esmeralda.

Cabo exhumado en la arena asechando la verde espera.



Brazos inmaculados de miedo.




Confíname a la locura desprovista de mareas. Rasga las hendiduras de mi boca. Hunde profundo mi anhelo desprovisto de alas. Extiende mis brazos al desatino. Conviértete en un cíclope de mi memoria.


Y cuando no puedas más, recuérdame.



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