Eran pequeñas las niñas, aún en primaria, cuando Oto el pirata navegó en la infancia feliz de mis hijas. Tras varios años de ausencia, piratas y soldados, princesas y lunas, ensueños de papel, seres marinos creados por la fantasía de Danza hoy cobran vida en una de la más maravillosas historias sin edad que conmueve a grandes y chicos. Hoy Oto es y será el amor, amistad, ilusión y seducción que podemos contar en cada una de nuestras particulares historias.










 
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